lunes, 16 de febrero de 2015

Anibal ante portas!: La Segunda Guerra Púnica

La Segunda Guerra Púnica fue uno de los mayores conflictos bélicos del mundo antiguo, en el que se enfrentaron las dos grandes potencias del Mediterráneo en esos momento: Roma y Cartago. El conflicto se desarrolló entre los años 218 a.C., con la declaración de guerra por parte de Roma tras la destrucción de Sagunto, y el año 201 a.C., tras la batalla de Zama y la rendición de Cartago.


Los antecedentes al enfrentamiento:


No era la primera vez que ambas potencias se batían, ni fue la última. Eran los dos mayores estados del Mediterráneo y el inicio de la expansión marítima romana hizo inevitable que se enfrentara a un imperio, el cartaginés, cuya fortuna procedía de su excelente ubicación entre las rutas comerciales que unían la mitad occidental y la oriental de este mar. Cartago era, ante todo, un imperio marítimo, que dominaba importantes plazas desde el sur de la Península Ibérica hasta Libia y que realizaba una intensa actividad comercial.

La Primera Guerra Púnica tuvo lugar entre los años 264 y 241 a.C. y en este caso el choque de intereses se produjo en la isla de Sicilia, fértil, rica y ocupando una posición inmejorable. El casus belli lo dio la ciudad de Messana que en el año 286 a.C. fue ocupada por un grupo de mercenarios campanos afincados en la isla quienes, desde este punto, continuaron una actividad conquistadora hasta que fueron derrotados por el tirano de Siracusa. Tras esta derrota, los campanos pidieron ayuda a los cartagineses para defenderse y, bien porque su actuación no fue la esperada por la ciudad de Messana, bien porque Roma intervino para que así se hiciese, lo cierto es que poco después se envió otra petición de ayuda, en este caso a dirigida al senado romano. Y así la ciudad fue ocupada en el año 264 a.C. El enfrentamiento finalizó con la derrota cartaginesa en la batalla de las islas Égates. Los norteafricanos se veían así obligados a abandonar una gran cantidad de plazas, algunas de las cuales pasaron a manos romanas así como abonar una importante indemnización, junto con otros acuerdos como devolver a los prisioneros de guerra o la imposibilidad de reclutar mercenarios (el ejército cartaginés estaba compuesto en su mayoría por soldados mercenarios dirigidos por miembros de las grandes e influyentes familias cartaginesas) en el territorio de la otra. Y si esto no era suficiente, se produjo una rebelión de mercenarios que Roma aprovechó para ocupar Córcega y Cerdeña. 

Ante esta situación, una facción de la oligarquía cartaginesa dirigida por Amilcar Barca y con el apoyo de los soldados, propuso que la recuperación pasaba por la conquista de un nuevo territorio: la Península Ibérica, cuya riqueza ya conocían gracias a las plazas que ocupaban en la zona sur. Su propuesta triunfó y en el año 237 a.C. Amilcar llegaba a la península y conquistaba todo el valle del Guadalquivir y Sierra Morena hasta su muerte luchando contra una tribu íbera. La conquista continuó dirigida ahora por su yerno Asdrúbal quien se decantó por el empleo de la diplomacia, lo que le llevó a pactar acuerdos con varios reyezuelos indígenas. A él también se atribuye la fundación de la ciudad que se convirtió en el núcleo de administrativo principal desde donde se ejercía el control de los territorios controlados, Carthago Nova, en torno a los años 228-227 a.C. El avance púnico preocupaba a los romanos por lo que decidieron intervenir enviando una embajada para entrevistarse con Asdrúbal. El resultado fue el Tratado del Ebro por el que se fijaba una línea o frontera en el río del mismo nombre que los cartagineses nunca deberían superar. En el año 221 a.C. Asdrúbal murió y el mando del ejercito cartaginés paso a manos del hijo de Amilcar, Anibal Barca. 

Moneda de plata con busto de Amilcar en el reverso (fuente: google images).

El casus belli de Sagunto:


El nuevo general continuó la actividad conquistadora iniciada por su padre y en el año 219 a.C. puso sitio a la ciudad de Sagunto, situada al sur del Ebro. Sin embargo parece que el enclave había firmado algunos años antes un pacto u alianza con Roma en circunstancias todavía poco claras. El asedio duró unos ocho meses durante los cuales el senado romano nada hizo para auxiliar a su aliado y, solo una vez que la ciudad había sido conquistada, exigió que el Consejo cartaginés les entregase a Anibal y a sus consejeros, Tras su negativa, Roma declaraba la guerra en la primavera del año 218 a.C. 

La Segunda Guerra Púnica (fuente: http://www.historiantigua.cl/roma/cartografia/).

Anibal en Italia:


La estrategia del cartaginés no fue otra que trasladar el conflicto a suelo itálico, hacia donde partió acompañado de un ejército de 30000 hombres, con los que consiguió la hazaña de cruzar los Alpes antes de que el gobierno romano tuviese tiempo de reaccionar. El primer enfrentamiento se produjo en la batalla de Tesino, a orillas del Po, que se saldó con una victoria del ejército cartaginés. La segunda derrota romana no tardaría mucho en llegar, a orillas del río Trebia esta vez, en un enfrentamiento en el que murieron tres cuartas partes del ejército romano y que provocó, además, que los celtas del valle del Po se rebelasen contra la dominación romana. La batalla del lago Trasimeno fue peor todavía. Todo el ejército romano, incluyendo al cónsul Cayo Flaminio que lo dirigía, fue exterminado.

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Anibal Barca (fuente: Mommsen, T. Historia de Roma).

El peligro era real, era demasiado grande, mucho más de lo que el Senado había calculado en un primer momento, por lo que fue necesario tomar medidas extraordinarias con el nombramiento de Quinto Fabio Máximo como dictador. Este puso en marcha una estrategia que pretendía acabar con el invasor mediante su acoso, evitando el enfrentamiento directo. Por su parte, los hermanos Cneo y Publico Cornelio Escipión padre, se trasladaron a la península ibérica, donde Cartago tenía su base, para impedir el envío de ayuda o refuerzos. 

La gran derrota romana, una de las mayores de su historia, se produjo en la batalla de Cannas. Tuvo lugar en el año 216 a.C., después de que acabase la dictadura de Fabio Máximo. Los dos nuevos cónsules, presionados por la opinión popular, decidieron cambiar la estrategia y, ahora sí, enfrentarse directamente al enemigo. 70000 soldados romanos murieron, incluyendo a uno de los cónsules, Emilio Paulo.  Nuevas ciudades italianas se unieron al bando cartaginés y, sin embargo Anibal no supo aprovechar su ventaja. Anibal ante portas! gritaban los ciudadanos romanos, el enemigo estaba cerca pero finalmente el ejército cartaginés decidió no atacar y se retiro a la zona de Campania. 

Batalla de Cannas (fuente: http://www.historiantigua.cl/roma/cartografia/).

Los hermanos Cneo y Publio Cornelio Escipión en Hispania:


Por su parte, en suelo peninsular, los hermanos Cneo y Publio Cornelio Escipión, desde su base en Tarraco, habían conseguido traspasar la línea del Ebro y mantenían inmovilizado al hermano de Anibal, Asdrúbal, sin que este pudiese enviarle ayuda alguna. De esta forma y, ante el avance de los ejércitos romanos que había conseguido recuperar la ciudad de Capua, Anibal quedaba aislado en la zona del Brucio, limitándose su actuación a una guerra de supervivencia.

Ambos hermanos murieron luchando en territorio peninsular y el mando de las tropas pasó a manos del hijo de uno de ellos, Publio Cornelio Escipión, a pesar de su corta edad. La actuación del joven, una magnífico estratega, fue decisiva en el desarrollo del conflicto. Conquistó la principal plaza fuerte de los cartagineses, Carthago Nova, ciudad que parecía inexpugnable, defendida por su magnífica muralla y la propia orografía del terreno. Continuó avanzando por el valle del Guadalquivir y después de dos importantes victorias en Baecula e Ilipa, y la ocupación de Gades en el 206 a.C., expulsó a los cartagineses de Hispania de forma definitiva. 

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Busto de Publio Cornelio Escipión (Museo Arqueológico Nacional de Nápoles).

Por su parte, Asdrúbal consiguió escapar junto con un ejército con el que se dirigió al encuentro de su hermano aunque nunca llegó a alcanzar su objetivo al ser derrotado en la batalla de Metauro. Su cuerpo fue decapitado y su cabeza arrojada al campamento de su hermano. 

La guerra en el Norte de África: 


Si la estrategia de Anibal fue la de llevar el conflicto a territorio itálico, la de Escipión no fue diferente y, después de sus victorias en Hispania y ser nombrado cónsul en el año 205 a.C., se trasladó junto con un poderoso ejército al norte de África. Aquí encontró numerosos aliados entre las poblaciones indígenas sometidas por Cartago, entre los que destaca el príncipe Massinisa de Numidia. 

Anibal fue requerido y el enfrentamiento entre ambos ejércitos se produjo en el año 202 a.C. La batalla de Zama fue la primera derrota de Anibal en toda guerra pero suficiente para poner fin al conflicto. El propio general aconsejó al Consejo cartaginés rendirse a aceptar las condiciones de paz ofrecidas por los romanos: entrega de todos los navío y elefantes que tantos quebraderos de cabeza habían dado al ejército romano, prohibición de hacer cualquier guerra sin el permiso de Roma, el pago de 10000 talentos de plata y el reconocimiento de Massinisa como rey de Numidia frente a su adversario Sifax, aliado de los cartagineses. La paz se firmó en el año 201 a.C. y Escipión pudo regresar a Roma, pasando a ser conocido desde entonces como "El Africano". 

La Tercera Guerra Púnica:

Un nuevo conflicto enfrentaría a ambas potencias años más tarde. Un porcentaje elevado de la sociedad romana nunca dejó de ver a Cartago como un enemigo peligroso, una corriente de opinión cuyo principal representante fue Marco Porcio Catón y su famoso "Carthago delenda est!" que empleaba en todas sus intervenciones durante las sesiones del Senado romano. 

Cartago declaró la guerra a Massinisa por las continuas agresiones sufridas sin el permiso de Roma, dando a Catón por fin un motivo para declarar la guerra a Cartago y acabar de una vez por todas con este molesto enemigo. De nuevo un miembro de la familia de los Escipiones, en este caso Escipión Emiliano, nieto del Africano, destacó en el conflicto. Cartago fue saqueada, destruida definitivamente y sus habitantes vendidos como esclavos. Su suelo fue maldito y según dice fue rociado con sal para que nada volviese a crecer donde un día estuvo la capital de uno de los mayores imperios del mundo antiguo. 

Glosario:


  • Campano: de la región de Campania, en el sur de la península Itálica.
  • Tirano: sistema de gobierno propio de la antigua Grecia, un régimen de poder absoluto instaurado por el propio tirano, que ocupaba el poder por la fuerza y sin pedir permiso a nadie, con un golpe de estado o cualquier otro movimiento. El término no tenía las connotaciones negativas que tienen a día de hoy. Los griegos empezaron por considerarlo un sistema cómodo y los tiranos eran bastante populares y queridos. Además, era una forma de luchar contra los abusos de la alta aristocracia y los sacerdotes, que adquirían el poder por nacimiento.


Bibliografía: 

  • ROLDÁN, J.M., (2005): Historia de Roma, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca. 

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