domingo, 8 de febrero de 2015

La vestimenta de la matrona romana

La matrona romana era el complemento perfecto de su marido, con el que debía de compartir las virtudes propias del buen hombre. Representaba un ideal de mujer perfecta cuyo comportamiento debía de ser completamente irreprochable en todas las facetas y ámbitos de su vida, ya que lo contrario podría traer consigo el desprestigio de toda la familia. 


La ropa femenina era semejante en cuanto a sus formas a la del hombre aunque difería en la mayor riqueza y delicadeza de los materiales, el colorido o la decoración. De hecho Ovidio da buena cuenta del grado de ostentación que podían alcanzar en algunas ocasiones en esta frase:
"[...] no os mováis con dificultad por el peso de los recamados de oro que luzcan vuestros vestidos..." (OVIDIO, Ars Amandi).

La vestimenta principal de la mujer romana y símbolo de la matrona (como lo era la toga para el hombre) era la stola, prenda fabricada primero en lana y, con el paso del tiempo, con materiales más nobles como el lino o el algodón, y decorada en la zona del cuello y del borde inferior. Podía presentar una amplia variedad de colores gracias al empleo de tintes naturales. Se enganchaba mediante broches a los hombros y caía hasta los pies, quedando sujeta en la zona de la cadera por un fajín ancho y plano, la succinta, y un segundo cinturón situado debajo del pecho, el cingulum. No solía cubrir los brazos salvo en el caso de que la túnica inferior tampoco lo hiciese ya que estos no podían quedar al descubierto. En caso de tener mangas, estas no eran completas sino que estaba abiertas y se unían gracias al empleo de broches, en la mayoría de ocasiones piezas de gran valor. 

Bajo la stola las mujeres llevaban un sencillo vestido, la subucula, elaborado con materiales livianos como la seda o el lino. Era similar a la túnica de los hombres, con mangas y larga hasta los pies, y no estaba ceñida por la zona de la cintura. Existían otras prendas que se podían situar debajo de la stola como el chiton, más vistoso que el anterior, y el peplos, una pieza tubular que se sujeta en los hombros y desde donde cuelga una segunda capa de tela que alcanza la cintura. 

Por encima de todo se situaba la palla, una gran pieza de tela de forma cuadrada o rectangular, que rodeaba el cuerpo a modo de chal, quedando sujeta en los hombros mediante fíbulas. En el exterior era empleada para cubrirse la cabeza ya que ir tapada era considerado de buen gusto y apropiado para la mujer.

Estatua de Livia, esposa de Augusto, vestida con stola y palla (Museo Arqueológico Nacional de Madrid).

Otra estatua de Livia, en este caso identificada con la diosa Ceres, en la que también aparece representada con la vestimenta típica de la matrona romana (Museo del Louvre, París).
Las mujeres completaban su atuendo con complementos como la umbela, similar a un parasol, y el flabeum o abanico, pero sobre todo con ricas y lujosas joyas. Pendientes, collares, brazaletes o decoraciones para el cabello elaborados con metales preciosos y piedras de todo tipo, pasta vítrea...y sobre todo perlas:

"Pero amó como a ninguna a Servilia, madre de Bruto, a la cual, ya dirante su primer consulado, le compró unas perlas por valor de seis millones de sestercios, [...]" (SUETONIO, Caes., 50).

Así habla Suetonio del regalo que César ofreció a su amante, Servilia, y que da buena cuenta de las enormes cantidades de dinero que las mujeres romanas, o sus amantes y maridos, podían gastarse para satisfacer sus deseos de ostentación, a pesar de las continuas críticas de muchos autores.


Pendiente de oro de época romana encontrado en Cartagena (Museo Arqueológico Municipal de Cartagena).

Las mujeres empezaban a usar esta vestimenta en el momento de casarse. El vestido de las niñas era mucho más sencillo, una simple túnica larga atada en la cintura. 

Cuando la mujer quedaba viuda debía usar prendas oscuras además de prescindir del uso de ornamentos y perfumes.

En cuanto al calzado, en el exterior las mujeres vestían el calcei muliebres, una zapato cerrado atado mediante cordones y elaborado en cuero. Presentaba una rica decoración. 

Ilustración que representa a dos matronas (la mujer del centro y la de la izquierda) vestidas con túnica, stola y palla (Fuente: google images).

Bibliografía:

  • GRIMAL, P., (1993): La vida en la antigua Roma, Paidós, Barcelona.
  • GUILLÉN, J., (1994): Urbs Roma. Vida y costumbres de los romanos I. La vida privada, Sígueme, Salamanca.
  • JOHNSTON, H.W.: The Private Life of the Romans (versión online).
  • OVIDIO: Ars Amandi, Cátedra, Madrid, 2006.
  • SUETONIO: La vida de los Doce Césares, Alma Máter, Barcelona, 1964.

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