domingo, 8 de marzo de 2015

El armamento del "ejército polibiano"

Hace algunos post (aquí) vimos la organización y formas de combate del denominado "ejército polibiano" que se enfrentó a los cartagineses durante la Segunda Guerra Púnica. Ahora pasaremos a analizar qué tipo de armamento portaban estos hombres.

Las armas ofensivas:

Entre las armas ofensivas destacan el pilum y la espada, conocida como gladium hispaniensis. Respecto al primero se trataba de un arma arrojadiza compuesta por un asta de madera con una longitud aproximada de unos 120 centímetros, unida a una rígida vara de hierro de menores dimensiones, y finalizada en punta. Se trataba, por lo tanto, de un arma bastante pesada que, cuando era arrojada, podía atravesar el escudo permitiendo herir al enemigo. Numerosos autores han indicado la posibilidad de que una vez que impactasen con las defensas enemigas estas quedasen inutilizadas. Sin embargo se trata de una circunstancia que las fuentes solo mencionan de forma puntual, al hacer referencia al enfrentamiento de Mario contra los teutones. Lo más lógico es pensar que si este tipo de arma se doblaba al impactar y era difícil su extracción era debido al material con el que estaban fabricadas y la forma de la punta, no a que intencionadamente se buscase este resultado.
Parte metálica del pilum, materiales fechados en el siglo I d.C. (Fuente: http://www.britishmuseum.org/explore/highlights/highlight_objects/pe_prb/t/two_iron_pilum_heads.aspx)
Polibio indica que cada hastatus y princeps portaría dos ejemplares de diferentes dimensiones y peso, lo cual parece muy improbable por la dificultad de lanzar ambos artefactos y desenvainar la espada antes de que se produzca el encuentro con el enemigo. Ello ha permitido plantear la posibilidad de que el combate estuviese compuesto de tandas alternas, unas en las que se produciría el arrojo de armas, y otras de lucha cuerpo a cuerpo con espada, a pesar de que las fuentes solo hablen de una primera carga inicial en la que se lanzasen elementos arrojadizos. Este modelo también explicaría lo prolongado de la mayoría de las batallas, algo de lo que si dan cuenta las fuentes, una larga duración complicada de aceptar en caso de que el combate estuviese compuesto por una única carga inicial seguida del combate cuerpo a cuerpo.
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Punta, zona de unión entre ambas partes y regatón inferior de pilum, cuya función era la de permitir que el pilum fuese clavado en el suelo en los momento de espera y la de actuar como nueva arma en caso de que se rompiese el astil (Fuente: http://hadrianwall.voila.net/text/text.militaire/231.viemilitaire.armeoff.pilum.htm)
La tercera línea de combate, formada por los triari, no llevaban pilum sino que seguían portando la lanza hoplítica que, a diferencia de la anterior, no estaba pensada para ser arrojada sino para cargar directamente contra el enemigo. 
La espada o gladium recibía el nombre de hispaniensis ya que se trató de una adaptación del modelo hispano que habría tenido lugar a lo largo del siglo III a.C. o a comienzos de la segunda centuria antes de nuestra Era., cuando los romanos la conocieron tras combatir con guerreros íberos, bien mercenarios de los cartagineses durante la Primera Guerra Púnica, bien tras su llegada a suelo hispano durante la Segunda Guerra Púnica. La gladius era más larga que las armas punzantes que hasta entonces habían llevado los soldados romanos y servía tanto para punzar como para cortar, lo cual suponía una ventaja con respecto a la griega, solo útil para pinchar al enemigo. Por sus dimensiones, implica necesariamente la existencia de un cierto espacio para poder ser usada, lo cual contribuye a plantear una nueva teoría con respecto a la organización de los ejércitos, y es que siempre se había hablado de los manípulos como organizaciones dispuestas en damero y estructuradas de forma muy regular en filas. Pero esta hipótesis presentaba problemas, sobre todo por la dificultad que entrañaba a la hora de producirse el relevo de tropas, algo que está perfectamente atestiguado por las fuentes, de hecho se destaca como la cualidad más importante de este tipo de formación. La solución para todos los problemas planteados (refresco de las tropas, espacio para manejar la espada…) pasa por aceptar la formación del manípulo como una especie de nube  organizada en torno a los estandartes, de forma que se conseguía mayor libertad de movimientos tanto para luchar como para hacer el relevo de filas, siendo el estandarte el punto de referencia que tenía que seguir todo legionario para no perderse de la formación. Solo así es posible entender el éxito de este tipo de formación, aunque habría que añadirle un último factor y este es la adopción de armamentos de pueblos enemigos, una vez comprobada su efectividad, incluso de tácticas y modelos organizativos.
Ilustración que representa los diferentes tipos de espadas empleadas por los soldados romanos. Como se puede apreciar la hispaniensis era la mayor de todas (Fuente: http://www.museodelarmablanca.com/).

Y es que un aspecto importante a tener en cuenta fue la enorme permeabilidad del ejército romano. Fue una institución que supo aprender de las derrotas, adaptando todos aquellos elementos de la forma de combatir de sus enemigos que contribuyesen a mejorar su actuación en el campo de batalla. De hecho son numerosos los ejemplos: el escudo oval, la gladius hispaniensis, el pugio…que hemos podido conocer gracias a las fuentes pero también a los restos arqueológicos y las comparaciones tipológicas.

El pugio era una daga, más pequeña que una espada. Polibio no hace referencia a que los soldados llevasen una pero han sido numerosos los hallazgos que se han producido en Hispania, en contextos del siglo II a.C., aunque es probable que se tratase un herramienta usada a diario más que un arma propiamente dicha que se empelase en el campo de batalla. 
Reconstrucción de gladius y pugio (Fuente: google images).

Las armas defensivas:

En cuanto a las defensas, la presencia de corazas era muy limitada, quizá en continuación todavía con la norma del ejército Serviano, y también de las grebas. Dentro de las corazas existían diferentes variedades siendo uno de las más caras la cota de malla, formada por anillos de hierro imbricados entre sí. Con un posible origen céltico, era flexible y ofrecía una buena defensa al que la portaba aunque también era bastante pesada. Menos flexibles eran las corazas realizadas con placas de bronce aunque su aspecto final era más impresionante. Oficiales y caballeros eran quienes podían permitirse estas defensas mientras que el grueso de los hombres debían de conformarse con placas de bronce de formas rectangular u oval que se situaban sobre el pecho y se sujetaban mediante correas. 
Lo más común era el uso del casco y sobre todo el escudo. Entre los primeros, al igual que ocurría con las corazas, existían numerosas variedades debido al hecho de que no existía todavía una uniformidad sino que cada hombre se proveía de su propio equipamiento de acuerdo con sus posibilidades. El tipo más característico era el denominado "Montefortino" de origen galo, modelo coronado con una protuberancia y con protectores para nuca y mejillas. Igualmente frecuentes eran los cascos de origen griego como el etrusco-corintio o los de origen ático. Estaban elaborados en bronce aunque también hay evidencias de que se copiaron modelos en hierro de origen céltico, con mejores defensas que los anteriores. Los caballeros emplearon estos modelos y también el denominado como beocio, específicamente creado para soldados a caballo.
Casco del tipo Montefortino (Fuente: google images).
  Respecto a los escudos, las fuentes hablan de la existencia de un “escudo oval en forma de teja”, de dimensiones más reducidas que el escudo circular hoplita y por lo tanto más apropiado para el modo de lucha de estos soldados, basado en la combinación de tandas de lanzamiento de jabalinas con otras de lucha directa mediante la espada, pudiendo usarse también el mismo como arma, para empujar y golpear al enemigo. Estaba fabricado con varias capas de tablillas en madera, recubiertas de cuero, y reforzado con metal en los extremos y en la zona central, donde se situaba el denominado umbo de hierro. Para la infantería ligera el escudo era aún más reducido y de forma circular, facilitando los amplios movimientos que requería su posición dentro de la legión.
Ejemplar de scutum encontrado en Kasr el-Harit (El Fayum, Egipto). Se trata del único encontrado hasta el momento ya que al estar elaborados con materiales perecederos como la madera y el cuero no se nos han conservado (Fuente: https://portalhistoria.files.wordpress.com/2012/07/scutum2.jpg).


Bibliografia:

  • GOLDSWORTHY, A., (2005): El ejército romano, Editorial Akal.
  • QUESADA, F., (2003): El legionario romano en época de las Guerras Púnicas: Formas de combate individual, táctica de pequeñas unidades e influencias hispanas, Espacio, Tiempo y Forma 16, 163-196.

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